Al principio de la llegada de la informática y hasta el año 2000 con la generalización de las redes, vimos la aparición de aplicaciones cliente-servidor instaladas directamente en cada ordenador. Permiten trabajar simultáneamente con los mismos datos desde varios ordenadores. La ventaja de este sistema era que el usuario disponía de una interfaz rica y compleja para optimizar el tratamiento digital de los datos. Hoy en día, este modo de despliegue se denomina: cliente-pesado o cliente-servidor, porque una parte muy importante del programa se instala localmente, lo que complica la actualización
Desde los años 2000, con el aumento de la velocidad de Internet y con el objetivo de aligerar la gestión del parque de máquinas, ha aparecido la noción de thin-client. La mayor parte del programa se instala en el servidor y la interfaz de usuario es accesible a través del navegador. La ventaja de este sistema, que ya está muy extendido, es que simplifica mucho la gestión de la flota. Su desventaja es la inevitable falta de interfaces de usuario, debido sobre todo a la pobreza de los lenguajes disponibles para desarrollar aplicaciones.
Si en las funciones de venta y asistencia, el cliente ligero parece ser el camino correcto, ¿qué pasa con las funciones altamente técnicas como el mantenimiento, la producción o la construcción, donde la necesidad de interfaces complejas y detalladas es necesaria para el éxito de las acciones?
Apareció entonces una tercera opción, la del cliente enriquecido: RIA (Rich Internet Application), que permite superar las desventajas del HTML y ofrecer una interfaz hombre-máquina mucho más rica, muy próxima a la de las aplicaciones cliente-servidor del principio, al tiempo que se beneficia de las facilidades de administración del sistema cliente ligero.
En Matrix, aunque tenemos versiones thin-client, especialmente para las funciones móviles, preferimos las versiones de clientes enriquecidos para nuestras soluciones de GMAO y software. Porque además de ser rica y completa, ofrecemos la posibilidad de personalizar la interfaz para cada usuario. De este modo, cada usuario sólo tiene la información que necesita y no se ahoga en datos inútiles.
Pascal BALLY