La complejidad de las tareas necesarias para mantener las instalaciones deportivas dificulta a los gestores el control de todos los procesos de mantenimiento.
Los asientos, los aseos, el alumbrado, los aparcamientos, las barreras de seguridad y el paisaje pueden resultar dañados por acontecimientos deportivos que atraen a un gran número de personas. Por otra parte, los estadios y sus equipamientos deben permanecer en servicio durante más tiempo debido a las limitaciones financieras, lo que obliga a los técnicos a aplicar una planificación precisa de la gestión del mantenimiento.
Sin embargo, sin un mantenimiento preventivo riguroso, es difícil evitar las averías:
Es lo que se conoce como la regla 80/20, según la cual el 20% de los activos son responsables del 80% de los problemas de mantenimiento.
Por tanto, es esencial invertir en herramientas que garanticen la correcta gestión técnica de los equipos.
Esperar a una emergencia suele acabar costando mucho más que si la empresa se dota desde el principio de soluciones de GMAO eficaces.
Las principales instalaciones deportivas del mundo han reconocido la necesidad de aplicar prácticas de mantenimiento preventivo y han mostrado un gran interés por el tema.
Según una encuesta realizada para una universidad de la SEC, los aficionados consideran que el aspecto y el interior del estadio de fútbol de la universidad son los dos factores más importantes en su primera impresión del estadio. Un mantenimiento preventivo riguroso de las superficies es vital para garantizar una opinión positiva de los aficionados.
Además de un buen aspecto, el mantenimiento preventivo garantiza la seguridad y permite a una instalación deportiva ahorrar entre un 15 y un 30% de sus costes de funcionamiento.
Todos estos datos confirman la importancia de la GMAO en el mantenimiento de las instalaciones deportivas.
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